Imagina sentarte a mi lado esta noche, dejar que te observe a través del vidrio de una jarra vacía, ver tus lágrimas fundirse con la madera de la barra del bar. Solos tú y yo, de la mano, bebiendo hasta averiguar quiénes fuimos. Quiénes seremos.
Dejar atrás aquello que nos persigue, todo lo lejos que podamos, sin preguntar nunca hacia dónde.
Porque somos estrellas a punto de explotar y, en realidad, nadie más habitó nunca nuestro universo.
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