Imagina vagar de noche, de lado a lado, en busca de una ventana encendida al final de la carretera. Con la mano en el arma del bolsillo.
Llegar a donde todos continúan viviendo sin ti, a aquel lugar que abandonaste en el tren de la mañana. Ver que todo ha cambiado y que todo sigue igual.
Dispararles una ráfaga de bienaventuranzas.
Morder el polvo a cambio de poder seguir siendo el que eras.
Descubrir que ya es demasiado tarde..
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