Imagina no ver más allá de lo que tus demonios te permitan, dejar que la obsesión se apodere de tu carne, de tu alma, de tu vida. Y dejar que tus dedos hagan su trabajo mientras miras hacia otro lado, mientras rememoras aquella noche increible, aquel dasaire amoroso, aquellas juergas interminables.
Y sentirte libre de nuevo y dueño de tus fantasías. De tu locura, de tu imaginación.
Porque en eso consiste todo esto, en imaginar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario