Imagina vivir dentro de su armario, y observarla mientras se viste lentamente frente a tu reino de madera. Refugiarte de la nada entre jerseys de lana y seda, mientras deseas su piel y sus ojos desde la oscuridad. Rozarle la mano y sentirte vivo, saber que existes al notar su aliento caliente en tu rostro translúcido.
Soñar con poder salir e invitarla a tu reino, a ocupar su trono perdido, y no poder por miedo a morir con el Sol.
Lanzarte una noche a la aventura de morir en sus brazos, justo a tiempo de poder decirle que la amas al oido..
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