Imagina pasar la noche bajo una carpa sudorosa en busca de material bailongo. Preguntar sin piedad a todo cuerpo dislocado por el son latino que la envuelve con sus notas sabrosonas. Acabar finalmente en manos de la madre naturaleza, sabia y vengadora, y de sus avispas enloquecedoras.
Descubrir años después, que aquel que te distraía mientras andabas poseido por aquellos parajes de polvo y ruido, está en la carcel en busca de redención.
No hay comentarios:
Publicar un comentario