Imagina nacer en el sitio equivocado. Pacer apartado de la manada por no encontrar tu sitio, evaporado a base de excentricidades, de dedos apuntándote al pecho.
Responder con la rabia macerada de cientos de gestos que con el tiempo se volvieron anónimos. Despegar del suelo a base de golpes.
Y acabar siendo aquello a lo que te empujaron, aquello para lo que naciste..
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