Imagina volver a caminar entre las aulas, ahora vacías, donde aprendiste a vivir en el otro lado.
Apoyarte en la barra de aquel bar, ya cerrado, en el que te gastaste las pocas monedas que conseguiste por tu simulada inocencia.
Tumbarte de nuevo en el cesped, ya arrasado, en el que jugaste a disparar a las nubes con tu dedo índice mientras te esperaban en casa.
Y ver que todo (y nada) ha cambiado..
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