Imagina una carretera de ida y vuelta.
Hacia atrás, hacia donde antes te llevaron tus pies arrastrados por el tiempo que pasaste a la sombra de aquel viejo puente.
Y clavar tu rodilla en el suelo, ante la inmensidad de la distancia, ante tal cantidad de Km recorridos desde entonces, ante tantos autoestopistas y copilotos, tantas gasolineras desvencijadas y tantos caminos polvorientos.
Y sentirte sabio en tu coche. Sabio y viejo..
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