Imagina una habitación de 16 metros cuadrados, sudosa y empañada por el humo, con muebles de prestado y viejas cintas de casette esparcidas por el suelo.
Y el agujero dejado en la cama por una silueta perfecta.
Si eres capaz de hacerlo, podrás entender lo que me pasó aquella noche en la que ella no iba a volver..
Uff...
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