6.5.11

Penélope y Ulises

Imagina un adios desesperado como único punto de fuga. Un no saber por qué pero una salida fácil, sin sentido, emboscada.

Saber que todo volverá a repetirse. El coser y el descoser. El arco.

Y las lágrimas.

Dejar que la marea te ataque los tobillos. Agitarlo, menearlo, romperlo todo.

Y seguir agarrado. Disfrutando de la travesía.

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