Imagina una botella de prozec por la mitad, un viento húmedo con olor a sal y yodo que te levanta el flequillo, que le levanta la falda dejando a la vista sus muslos libidinosos y procaces.
Y en medio del alboroto, unos jovenes croatas tocando música líquida en la esquina de aquella calle oscura..
El Adriático, transparentando al fondo.
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