Imagina una fiesta en un piso cualquiera. Nada más entrar, ves que ella también ha venido. Te preguntas si esta vez será la vuestra. Te acercas, la acosas.
Tres copas después observas como ese listo se le acerca y ella le sonrie. Sabés que ahí hay algo oculto. Le preguntas, desesperado. Se confiesa, aliviada. No me arrastres al infierno, piensas. No me hagas volver a romperte el corazón, piensa ella.
De fondo suenan los Social Distortion.
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